Mi lindo gatito: Capítulo 3

SÉ PARTE DE MI VIDA.

*Narra Mangel*

La gente me estaba mirando raro, revicé mi móvil, que por suerte no me robaron, y eran las diez de la mañana.

—¡Joder falté a el exámen! —Me puse de pie.
—Nya... —Aquel niño estaba de rodillas sobre el suelo sosteniendo mi pantalón.

—Um, mira tiene a un niño desnudo...
—¿Qué es eso?, ¿un niño desnudo?
—Tío mira ese hombre ando con un chaval desnudo...
—Llama a la policía, a ese niño el tipo lo carga desnudo. —Eran los murmullos de la gente, sólo los murmullos que pude escuchar. Un momento, ¿Iban a llamar a la policía?

—Nya... Nya... —El capullo seguía jalándo de mi pantalón y la gente seguía murmurando cosas.

Di un suspiro. Mirando bien el tema, desperté con jaqueca, falté a mi exámen, la gente me creía un pedofilo, y aquel niño parecía ser mitad neko... O talvés no se me pasaban los efectos del alcohol.

—Toma mi mano. —Le dije. El pequeño me miró inocentemente. —Mejoh... Ten. —Le coloqué mi abrigo, el cual lo cubrió por completo. El niño apestaba, estaba sucio y muy desnutrido que se le notaban las costillas. Aún así no me dejaba de parecer lindo. —Te llevaré a mi casa. —Lo cargué en mis brazos hasta mi coche, el cual me demoré en encontrar, al parecer lo había dejado estacionado frente el bar al que fui anoche.

[...]

Durante el camino intenté recordar todo lo de anoche, pero sólo me llegaba lo de Laura y su boda. Maldije en mi menete varias veces, mi cara estaba totalmente llena de enojo.

—No... —El pequeño me tocó la mejilla con su dedo. —No. —Dijo de nuevo.
—¿Qué? —Lo miré. Justamente ya estabamos en el edificio donde yo vivo.

Ambos bajamos del coche. Entramos en uno de los ascensores y para mi suerte me encontré con un vecino, Alexby, quien entró también.

—¿Mangel? —Arrugó el entrecejo. —¿Y este crío quién es? —Lo iba a tocar pero el niño le manoteo, en serio parecía ser mitad gato. —Eh, no seas malcriado. —Sonrió. —Oye y, ¿quién es este niño?
—¿Él? —Dije.
—Ajá, él.
—Pueh... Mi...

Gracias a Dios el ascensor se abrió y me tocó salir, me despedí de Alexby sin dejarlo hablar, no tenía idea de qué decirle.

[...]

—¿Te gu'ta el agua? —Ya estabamos en mi apartamento, dejé al pequeño en el sofá. Tenía planeado bañarlo, darle de comer y luego entregarlo a el horfanato. Pero sus orejas y su cola eran algo que aún no me podía creer. —Vale, venga. —Lo llevé al baño.

Su carita era muy tierna, aunque estuviera sucia. Lo senté en el retrete y le alcé los brazos para poder retirarle mi abrigo.

—Wao... —En serio, ese niño estaba realmente delgado. Lo cargué hasta meterlo en la ducha, donde abrí la llave de agua.
—¡Hyaa! —Dió un brinco y me abrazó fuertemente, clavando sus uñas en mi espalda.
—¡Coño! —Me quejé ante el rasguño.
—N-No... —Pude sentir cómo temblaba, realmente era un asustado gatito.
—Tranquilo, e'to no te hará daño. Muh al co'trario, te sentiráh como nuevo. —Le hablé pero ni me entendió ya que seguía repitiendo "No". Sostuve sus brazos separándolo de mi, lo acerqué un poco al chorro de agua y nuevamente se aferró a mi, tanto así que me hizo entrar con él empapandome completamente.

Lo noté menos asustado, dejó de decir que no, y se separó de mi.

—Sí. —Asintió y se sentó, imité su acción. —Sí. —Sonrió. —Sí. Sí.
—¿Sólo sabeh decíh "sí" y "no"?
—Sí. —Sostuvo mi mano.
—Bueno, eh hora de lava'te... —También sostuve su pequeña manita enrredando nuestros dedos.

Noté en sus ojos una alegría realmente sincera, en ese rato me embobé por completo, simplemente me parecía demasiado lindo y tierno que... Sentí un ardor en mis mejillas.

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