Mi lindo gatito: Capítulo 2

BAR DE IMAGINACIONES.

*Narra Mangel*

—Wao, felicidadeh. —Traté de sonar feliz, fue jodidamente complicado no llorar en ese instante. —Me alegro mucho, Laura.
—Quiero que seas el padrino de la boda, Guille está de acuerdo. —Así se llamaba su novio, Guillermo.
—Vale, yo encanta'o. —Sonreí.
—¿Me acompañas a decírcelo a mis padres?

—Mm, la ve'dah, e'que no sé si pueda, tengo que e'tudiar un montón. —Mentí.
—No importa, tú estudia. —Palmeo mi hombro. Maldita sea, mi corazón estaba siendo acuchillado mil veces por segundo. No podía ni mirarla, todo el tiempo evité su rostro. Sólo la dejé en su casa, me despedí y fui directo a un bar.

[...]

—Ya chaval, si te doy otro vaso más vas a intoxicarte. —Me dijo aquel hombre rudo que me atendía.
—No me jodah... Tú... Tambiéh te quiereh casah con ella... ¡¿Ah?! —Ya estaba borracho hasta los huevos. —Laura... —Empecé a reír como loco. —¡Laura jamáh me amaría! ¡¿Cómo pude... Ser tan gilipollah?! —Golpee la mesa. —Que le den, la amo iguah... —Levanté el vaso y lo lancé al suelo, se quebró.
—¡Hijo de puta! —El hombre rudo se acercó a mi.
—¡Jódete! ¡Cara de... Culo! —Otra vez entré a carcagadas.

El hombre me golpeó dejándo un moretón en mi ojo y mi labio roto, sentí que se pasó de la raya. A la final me echó del bar. Me metí en varios lios, mi lengua no dejó de parlotear sola. Compré más trago en una tienda.

Caminando, tambaleando y a veces cayendo al suelo para volver a ponerme de pie. Realmente no sabía de dónde sacaba tantas lágrimas, mis ojos estaban irritados de tanto llorar por Laura. ¿Se iba a casar?, eso simplemente me destrozaba lentamente.

—¡Guillermo hijo de puta! —Grité. No había nadie por esa zona. Eran las dos de la mañana, de seguro me robarían. —¡Cómo desearía que fuera to'o e'to un sueño! —Caí a un lado de la vereda, a mi lado habían varias fundas llenas de basura pero no me importaba, sólo quería seguir lamentandome y emborracharme hasta perder la conciencia.

—Nn... —Escuché. Algo empezó a moverse debajo de aquellas fundas.

Creí que era un animal, como una rata así que me puse de pie como pude para ir a otra parte.

—Nya... —Aquel maullido me llamó la atención. Me quedé observando y de repente un niño se asomó, ¿tantas fundas habían encima de él que lo lograban tapar por completo? —¿Nya? —Me miró y se volvió a esconder.

Pero algo extraño pude ver, ese chaval tenía orejas de gato en su cabeza... No, no creí que fuera verdad, creí que estaba demasiado borracho que andaba viendo cosas...

—¡Nya~! —Volvió a decir. Y aquel niño salió de las fundas gateando. Me empezó a gruñir, también tenía una cola de gato en la parte de atrás de su espalda, justo arriba de su raja.

Realmente era pequeño, yo le calculé unos 5 o 6 años. Imitaba a un gato, ¿era tonto?, imaginé que era de la calle y por eso no sabía hablar, además que no tenía ropa puesta, estaba completamente desnudo que puse ver su pequeña polla.

—Ey, chaval... —Mi voz sonaba aguada, era por la borrachera. —¿Esah orejah son de ve'dah? —Me acerqué al niño lentamente. —Menuda imaginachióh que tengo... —Me rasqué la cabeza.

Talvés no es de extrañarse, pero en ese mismo instante caí al suelo, así quedandome dormido.

[.....]

Algo me estaba dando cosquillas, justo detrás de mi oreja sentía suaves lamidas, aunque un poco asperas. ¿Lamidas?, eso no era normal, yo no tenía mascota alguna.

Entonces recordé lo de anoche, quedé dormido en media vereda.

Poco a poco fui abriendo mis ojos. El rostro de una niña era el panorama de mis vición. Una niña con peculiares orejas de gato sobre su cabe-

—¡¿Pero qué?! —Me levanté de golpe.

Recordé bien, no era una niña y lo que creí era mi imaginación no era mi imaginación.

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