Más allá de los sueños está la realidad: Capítulo 14

"Pichalē janmōṁ I"

*Narra Mortem*

[Nota: Toda esta narración es la visión que está teniendo Rubén.]

(Edad Media)

Soy Mortem, un chico diferente, alguien con el poder de destruirlo todo usando tan sólo los ojos. Mi fuerza no se compara con la de nadie. Pero.... Pero no quiero lastimarlos, no quiero ser un monstruo.

Todos me odian, es que no lo puedo controlar... Pierdo la cabeza, me pierdo a mi mismo sin darme cuenta.

Cuando maté a mi hermano Arthur, cuando maté a mis padres, nunca me arrepentí porque los odiaba, ellos siempre me golpeaban y me reprochaban insultos que dolían. Pero la única persona que me ayudó, la única persona que no me odió, la única persona que no me maltrató, la única persona que realmente no me trató como a un monstruo fue la única persona a la cual llegué a amar.

En la adolesencia, yo nunca usaba ropa, porque la de antes ya me quedaba muy pequeña. Por ello me escondía en cuevas lejos del pueblo, sólo iba en busca de robar comida al mercado, el riesgo que tomaba era el de ser castigado de la misma forma en la que siempre hacían, hasta ese entonces nunca había matado a nadie aparte de mi familia. Habían momentos en los cuales las personas me desnudaban y me violaban frente a todos los demás, momentos donde me golpeaban incontables veces y me quemaban por todo el cuerpo, esos momentos de humillación y burla me hizo querer asesinarles más que nunca.

Llegó el momento en el que lo hice,  asesiné a una multitud de persona, al rededor de 20, me descontrolé, me perdí por completo.  Después, cuando mi cabello estaba cambiando de blanco a castaño y mis ojos se convirtieron nuevamente en verdes, al recuperar mi conciencia total, al observar mis manos ensangrentadas y la escena atroz y perturbadora, mi cabeza comenzó a dar vueltas, entré en shock, no podía creerlo, no podía asumir lo que había hecho. Salí de allí, observando la sangre y los restos de órganos en todo el lugar.

Al llegar a un callejón me escondí allí, temiendo porque los aldeanos me encontraran para terminar de matarme. Comencé a llorar y a temblar, ahí habían niños inocentes, sin culpa de que sus padres fueran unos animales, murieron por mi culpa, yo los asesiné.

De pronto escuché pasos, muy calmados, me asomé desde un lado de la pared y vi a un señor de lentes, con una leve barba y cabello oscuro crespo, sus ojos eran grandes y negros, sus labios finos y su espalda ancha me lograron hipnotizar, al punto de no percatarme de que me había visto.

Se acercó a mi, se le notaba preocupado, trataba de tocarme, creí que me iba a hacer daño, me arrinconé a un lado y le supliqué llorando que no me hiciera nada malo. Pero su cálida mano toco las mías, haciendo que me levante. Al principio creí que era un violador porque me miró de arriba a bajo por el hecho de que me encontraba desnudo supuse, pero cuando me cubrió con su chaqueta y me extendió su mano para llevarme a su hogar, simplemente confié en él.

Cuando entré a su casa, me invitó un café, me prestó ropa y me comenzó a preguntar cosas.

—Hola. —Se sentó a mi lado, limpiando un poco de sangre cerca de mis labios.

—Ho...Hola. —Solté la taza de café y la puse sobre la mesa en donde nos encontrábamos.

—¿Cuál eh tu nombre y edad? —Preguntó sin más, dedicándome una simpática mirada, pidiendo que confiase en él.

—Me llamo Mortem, en español se traduce Muerte. Tengo 15...

—Un guhto Mortem, mi nombre es Levis que en español se traduce Luz, tengo 29 añoh y estoy dihpuesto a cuidar de ti si me lo permiteh.

—¿Por qué lo harías? ¿Por qué me cuidarías si no me conoces? —Se incorporó un poco, tomando mis manos.

—Porque sé lo mucho que has sufri'o, sé que todoh te llaman monstruo, yo no soy alguien completamente no'mal, también hay algo viviendo dentro de mi, así como tú. Pero yo vivía en loh bo'ques, mejor dicho en las nocheh, era necesario matar a niños, debía alimentarme, yo no lo controlaba, simplemente me convertía en ese ser sin ro'tro.

—¿Ese ser sin rostro? —Pregunté, mirándolo directamente a los ojos a lo que asintió.

—Soy Slenderman, y tu ereh el ojo que lo destruye todo, ereh Janmom.

—¿Janmom?

—Así te llaman, pero sé que esa criatura no ereh tu, ahora sé que ereh Mortem, una persona como todas, no un monstruo.

—Levis... ¿También te castigaban?

—No. Nadie sabe que yo soy Slenderman, dime ¿quién so'pecharía de mi, un humano, porque como dije, eh un hombre sin ro'tro, extremadamente largo y pálido, con tentáculoh amplios en su e'palda, no se parece a mi ¿o sí?

—Entonces... ¿Te conviertes? ¿Cambias de forma?

—Sí.... Casi como te ocurre, tu melanina desaparece y tus neuronah se apagan dejando a la deriva el instinto psicópata que llevah dentro.

Cuando me dijo eso, pude comprender un poco aún así mi duda era el por qué nos pasaba eso.

Se lo pregunté más tarde, cuando estábamos a punto de dormir en la misma cama. Nuestras miradas iban hacia el techo y hacía algo de frío por lo que me arropé casi por completo.

—Bueno, de'conozco nuestro origen, simplemente una noche cuando cumplí loh 20, me convertí en Slenderman de la nada. Desde ese entonceh mi leyenda se difuminó y todos me conocían por medio de  loh rumoreh.

—Yo tampoco lo sabía, simplemente al enojarme me convertí en Janmom matando a mi familia. —Dije muy serio, creo que mis palabras fueron frías. Me dí la vuelta para dormir.

Aquel día, mi vida cambió, y amé a ese señor, no les miento, habían veces en las que teníamos relaciones sexuales, nos besábamos, como una pareja de casados. Levis siempre se iba por las noches, ya sabía por qué, sí... Para alimentarse.

Lo amé hasta la muerte. Pero la muerte se olvidó de él.

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