Al día siguiente, Mangel se fue temprano, le habían llamado a decir que su madre estaba en el hospital, Rubén quiso ir pero Mangel dijo que no, que estaría mejor así.
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Ya eran las 2am y Rubén no dormía, estaba preocupado por la madre de su amigo, ojalá no le haya pasado nada grave.
Poco a poco, los ojos del castaño se fueron cerrando y cayó en el Morfeo sin darse cuenta.
Las pisadas de su agresor eran cada ves más rápidas, estaba jadeando descontroladamente, quería detenerse pero no podía por más que intentara, tapó su boca con ambas manos y así se mantuvo detrás de la pared.
Si lo encontraba era su fin. Debía esconderse en un mejor lugar.
Con sigilo Rubén camino hasta una habitación, aunque aún se podían oír los pasos eso no lo detuvo a encerrarse. Con exito llegó y cogió un teléfono que se hallaba en el escritorio.
—911 ¿cuál es su emergencia? —Preguntó una mujer.
—Estoy en el colegio "D' Mack" por favor vengan rápido, hay un sujeto que está intentando matarme, ya lo hizo con mis amigos, lo vi con mis propios ojos... ¡Por favor ayudadme! —Se escuchó una puerta abrirse y pasos acelerados aproximándose desde el otro lado del teléfono —¡Espera Jeff! ¡Ayudadme! —Unos golpes posicionaron temor en la chica que se suponía ayudaría a Rubén pero tan sólo se congeló al oír algo desgarrándose acompañado de salpicaduras.
—¡AAH! ¡AAAAAH! ¡Nooo! ¡Jeff! ¡Detente! —Eran gritos perturbadores, aún se oía como apuñalaban a alguien, la carne siendo cortada, el filo del cuchillo... Tras una macabra risa, una risa que te hace querer desaparecer. —¡Ayu-da...me...! Ma.....Man... gel... —Se cortó la llamada.
—¡AAH! ¡AAAAAH! ¡Nooo! ¡Jeff! ¡Detente! —Eran gritos perturbadores, aún se oía como apuñalaban a alguien, la carne siendo cortada, el filo del cuchillo... Tras una macabra risa, una risa que te hace querer desaparecer. —¡Ayu-da...me...! Ma.....Man... gel... —Se cortó la llamada.
—¡! —De repente Rubén abrió los ojos, estaba mirando el techo de su cuarto, se encontraba sudado y jadeante. Había sido una pesadilla, nuevamente había tenido una pesadilla con eso que al parecer su nombre... Era Jeff.
Se asemejaba con los que tenía a los 10 años, con el mismo sujeto y con las mismas últimas palabras. Era ese mismo tipo que lo perturbaba siempre en las noches. Pero esta ves pudo saber su nombre. Y esas palabras que retumbaron al despertar "Go to sleep". Simplemente lo congelaron.
Haberlo visto frente a frente y luego haber soñado nuevamente con él después de tanto tiempo, era algo...
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(Al día siguiente)
—¡Má ya me voy al cole! —Gritó Rubén mientras abría la puerta.
—¿No desayunas? —Dijo la madre asomándose por un lado de la pared de la cocina.
—No, ya es tarde en el camino me compro algo, adiós. —Abrió la puerta y salió a toda prisa.
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—Buenos días. —Saludó Mangel dándole una palmada en la espalda a Rubén que se encontraba sentado en la misma banca donde vio a Jeff aquel día.
—Buenos días Mahe Mahe. —Esta ves Rubén pasó sus manos por los cabellos de Mangel.
—¿Qué pasa?, andah muy felih eh.... —En realidad así estaba, feliz, pero la verdad ni el propio Rubius sabía por qué, si recién anoche acabó de tener una pesadilla con el tipo de sus... Pesadillas.
—¿A sí?
—Sí, ¿hoy pasó algo? —Dijo contagiándose de la sonrisa de su amigo.
—En realidad no.... —Dijo sin dejar de sonreír.
Estuvieron toda la tarde fuera, en esa banca, conversando. En cuanto se les escapó el tiempo ya eran las ocho de la noche.
Mangel fue a casa de Rubén. Simplemente esa noche nuevamente dormirían juntos.
Ya era algo normal para ellos, así como ya era normal de ves en cuando darse ciertos cariños, pero no entendían muy bien todo ese asunto, porque darse besos en la boca no es algo de simples amigos.
Esa noche, Rubén no pudo soñar con nada. De igual manera habían pasado las otras noches en la cual dormía con Mangel, tal ves él no dejaba que lo hiciese porque en su mente ocupaba otras cosas y quedaba sin fantasías para después, o quién sabe...
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*Narra Rubén*
Ya han pasado tres semanas desde que eh tenido un sueño. Y todas esas tres semanas Mangel se ha quedado a dormir en mi casa. Pero esta noche no vendrá, al parecer su madre sigue grave en el hospital y por ello estará allá hasta que se recupere, puede sonar egoísta pero ya quiero vuelva, ni una hora y ya lo extraño, es difícil pensar en un día sin él.
Fui al colegio y todo me pareció bastante aburrido en verdad, al llegar a casa subí directo a mi cuarto y anduve en la compu.
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Cuando bajé a cenar, mi madre estaba algo callada, eso era inusual en ella.
Lo único que se oía en la mesa, eran los cubiertos chocar con los platos y el masticar de nuestras bocas.
Decidí romper ese incomodo silencio.
—Má, andas algo callada hoy....
—¿Uh?, te iba a decir lo mismo....
—¿En serio...?, sí, supongo que no eh estado muy animado hoy....
—Es Mangel ¿no?
—Seh...
—Bueno, pronto volverá, así que compórtate más alegre amor, me deprime que estés así...
—Vale.
—Termina de comer que es tarde.
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—Buenas noches hijo.... —Se despidió cerrando la puerta de su cuarto.
-¡Bueas nojes má! -Dije con dificultad.
Me estaba lavando los dientes, frente a mi estaba un espejo con el cual podía ver cómo lo hacía. Poco a poco algo rojizo comenzó a salir de mis encías haciendo que botase la pasta de mi boca en el lavadero, me juagué la boca, al volver a alzar la mirada de un momento a otro el rostro de Jeff se reflejó en el espejo, pero tan de inmediato desapareció, me dio un gran susto que me provocó un grito.
Mi madre salió de su habitación y fue hasta donde yo estaba.
Me preguntó el por qué de mi grito pero le metí la excusa de que creí ver una araña.
o por Dios, la cara de Jeff se le apareció por unos segundos, siendo sincera eso ya me paso a mi igual con Jeff pero no le tengo miedo por cierto la historia es hermosa
ResponderEliminarJaja si, yo sólo de escribirlo me cagaba de miedo porque era de noche, eres valiente eh xD Y gracias! saludos!
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