Más allá de los sueños está la realidad: Capítulo 4

"Llamadas desconocidas"

*Narrador*

—Dice: "Crees que el profe se habrá dado cuenta del moco cerca de su nariz, la tiene en la jodida punta JÁ"...

—¿Quién envió eso? —Preguntó mientras se sacaba el moco que en verdad estaba en la punta de su nariz.

—No lo sé, está en anónimo... —Se excusó, claro que lo sabía.

Todos los de aula habían soltado un "Pfff" inmenso, estaban que se aguantaban.

—De acuerdo, apague ese móvil. —El maestro quedó nervioso, eso fue vergonzoso.

Cuando el profesor se fue, Mangel le respondió el mensaje a Rubén.

Al salir del cole, Rubén fue hasta un asiento que se encontraba cerca de un árbol. Sacó su celular y vio que tenía 5 llamadas perdidas de un número desconocido. Así que llamó a ese mismo número y una música se escucho tan cerca que hizo a Rubén voltear a dirección del sonido y ahí estaba, Mangel con una café en mano sacando su celular. Era él al parecer, así que cortó la llamada, pero...

—¿Hola? Sí soy yo, ah, todavía sigo en el cole...

Esas palabras eran de Mangel, había contestado, entonces no le había llamado él... 

Con rapidez Rubén volvió a revisar su celular pero no había rastro de llamadas perdidas de algún número desconocido.

Qué extraño.

—Dios, pero si yo no me drogo... —Dijo Rubén para sí mismo.

—Hey Rubiuh, ¿no vah a casa? —Dijo Mangel por detrás de el castaño quien no respondió, cosa que por alguna razón le preocupó.

Rubén dejó caer su celular, sus oídos se habían taponado, no podía ver nada más que esa cosa frente a él, tan horrorosa, daba miedo, daba mucho miedo. Las lagrimas comenzaron a salir por si sola de sus ojos, no podía mover ni un músculo de su cuerpo, era como estar paralizado del mundo y eso era desesperante, hacía que le latiera el corazón tan fuerte hasta golpear su pecho. Sudaba, sentía morir del miedo, literalmente.

Mangel se apresuró y sostuvo a el castaño por los hombros, lo sacudió varias veces y este luego lo miró, esos ojos pedían ayuda. El pelinegro lo abrazó y Rubius sólo se puso a llorar en el pecho de Mangel.

Tras esperar a que se calmase, Mangel se animó a preguntar qué le había pasado, no contestó y estaba temblando, esto de verdad puso mal a Miguel, parecía que algo en él se había roto, ver a su nuevo amigo así en ese estado, lo ponía muy mal.

—Venga, te llevo a casa y si quiereh te compro algo al camino.... —Con delicadeza Mangel sostuvo a Rubén, se dispuso a cargarlo en la espalda y el castaño no se negó y tampoco accedió así que tan sólo lo hizo. Por suerte donde estudiaban no quedaba muy lejos de donde vivían.

Todas las personas los quedaban mirando, algunas con cara de "WTF?!", otros con cara de "Gaaaays :v" y pocas "aw que tiernos :3", pero la mayoría les ignoraban, están tan preocupados en lo que hacen y en el trabajo, aunque en estos tiempos nadie los culpa.

Al llegar a casa, Miguel no supo qué decir cuando la madre del castaño abriese la puerta, pero aún así tocó el timbre con un Rubius despierto en su espalda.

Cuando la madre abrió, les quedó mirando algo sorprendida.

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